11. RIESGO DE CONTACTO CON SUSTANCIAS NOCIVAS, TÓXICAS O CORROSIVAS

riesgo-sustanciasEn centros sanitarios y hospitales, este riesgo puede darse por contacto con compuestos o fármacos citostáticos.

Este riesgo también puede darse por inhalación al aplicar medicamentos y productos en forma de aerosol, por inhalación con óxido de nitrógeno oxidado (dióxido de nitrógeno) utilizado en incubadoras para el tratamiento de recién nacidos con
problemas respiratorios, junto con otros gases asfixiantes como el argón, el hidrógeno o el nitrógeno. Las causas son fundamentalmente grandes concentraciones en el ambiente producidas por fugas en aparatos o instalaciones.

También puede producirse por inhalación de óxido de etileno, peróxido de hidrógeno (sistemas Sterrad y Plazlyte) o ácido paracético (Sistema Plazzlyte) utilizados como agentes esterilizantes en casos de fugas en la instalación. Otros sistemas de esterilización por inmersión emplean glutaraldehido, considerada como tóxica para nuestro organismo.

También puede producirse accidentes por ingesta de productos desinfectantes como alcohol etílico, leja, etc. contacto con germicidas o biocidas agregados en los detergentes usados en operaciones de limpieza.

Las consecuencias o daños producidos por el contacto con estas sustancias tóxicas pueden ser leves graves o incluso mortales en función de la cantidad y características de toxicidad de la sustancia, su facilidad para atravesar la piel, órganos o sistemas a los que afecta, superficie de piel afectada y tiempo que dure el contacto, etc. así por ejemplo, si la sustancia causante del contacto es de tipo irritante, provocará una
inflamación en la piel o mucosa junto a la posibilidad de una respuesta alérgica y/o efecto tóxico.

Si la sustancia es corrosiva (cáustica) podrá tener lugar una posible destrucción del tejido con el que ha entrado en contacto. La gravedad del accidente en estos casos dependerá del nivel de corrosividad de la sustancia, de la extensión y profundidad de
la herida causada, etc.. a modo de ejemplo, las consecuencias de algunas sustancias presentes o manipuladas durante los trabajos en centros sanitarios u hospitalarios son:

  • El contacto accidental con compuestos citostáticos (dacarbacina, daunorrubicina,
    lomustina, videstina, etc.) puede producir irritación en la piel y mucosas, irritación
    ocular (mitoxandrona, etc.) y alergias ciclofosfamida, doxorubicina, fluorouracilo, etc.).
  • Otros medicamentos como la ribarivina o la pentamidina puede producir también
    irritación de las vías respiratorias, mucosas y piel, cefaleas, etc.
  • Sustancias como la dactinomicina y algunos compuestos citostáticos como la
    actinomicina son extremadamente corrosivos en contacto con tejidos blandos, junto a
    algunos ácidos empleados (sulfúrico, pícrico, fosfórico, etc.).
  • El metacrilato de metilo utilizado en los quirófanos de traumatología produce irritación
    a elevadas concentraciones y puede afectar al Sistema Nervioso Central. La
    manipulación de yeso produce frecuentemente un síndrome de las manos secas”.
  • Los gases esterilizantes pueden producir, en grandes concentraciones, irritación de
    las vías respiratorias, edema pulmonar y trastornos neurológicos y digestivos, lesiones
    por el carácter corrosivo del peróxido de hidrógeno y ácido peracético, reacciones
    alérgicas, enrojecimiento de la piel por contacto con el glutaraldehído, etc. El
    glutaraldehído es muy tóxico para la piel y las mucosas y puede provocar además
    problemas de dolores de cabeza, tos u opresión torácica.
  • El alcohol isopropílico utilizado como desinfectante puede causar irritación de ojos,
    mucosas y el contacto con el líquido puede dar lugar a erupciones cutáneas. otros
    desinfectantes como el formaldehído puede producir lesiones en la córnea causadas
    por salpicaduras en los ojos, escozor y lagrimeo a bajas concentraciones, o también,
    un edema pulmonar, neumonitis y la muerte a concentraciones muy altas.
  • Existe además el riesgo de contacto con otras sustancias como el cloro (puede
    producir tos, estornudos, goteo nasal, y otros problemas respiratorios), el yodo (puede
    producir irritación de ojos y mucosas, quemaduras y sensibilización en
    concentraciones elevadas), y líquidos refrigerantes (amoníaco, etc.) de instalaciones
    frigoríficas, etc.

MEDIDAS PREVENTIVAS

Si trabajas con este tipo de sustancias actúa conforme lo indicado en el etiquetado de los productos que utilices y la ficha de seguridad del producto. El etiquetado de los
productos deberá contemplar los siguientes datos:

  • A- Denominación
  • B- Nombre, dirección completa, teléfono del responsable de la comercialización.
  • C- Nombre químico de las sustancias presentes en el preparado, conforme a la
    normativa vigente.
  • D- Pictogramas, conforme a la normativa vigente.
  • E- Frases R (de peligro).
  • F- Frases S (de prudencia). Cantidad nominal del contenido (preparados de venta al
    público en general).

La ficha de datos de seguridad deberá recoger la información precisa para utilizar el
preparado con seguridad así como los Equipos de protección Individual que deberán utilizarse. El laboratorio o empresa fabricante, o bien el responsable de la
comercialización tienen la obligación de entregar dichas fichas al comprador.

En los procesos de esterilización, se recomienda el uso de sistema cerrados y automáticos, dotados además de sistemas de eliminación o neutralización de producto residual. Así, por ejemplo, los sistemas Sterrad y Plazlyte son automáticos y no se
manipula directamente ninguna sustancia.

Debe disponerse además de sistemas de extracción de vapores en las zonas de esterilización o desinfección, as como también, sistemas de detección de fugas de refrigerante en instalaciones frigoríficas. Estas deben haber sido instaladas por instaladores frigoristas autorizados siguiendo lo marcado por la ley y habiendo
superado todas las pruebas de estanqueidad establecidas al respecto.

Las instalaciones frigoríficas que emplean como refrigerantes amoníaco, o anhídrido sulfuroso con una carga entre 50 y 500 kilos dispondrán de dos máscaras de protección antigás. Si la carga es superior a los 500 kilos se dispondrá de dos equipos
autónomos dotados de trajes de protección estancos a dichos gases.
Los reactivos y disolventes deben ser manipulados dentro de vitrinas o cabinas dotadas de sistema de extracción.

Nunca introduzcas espátulas ni elementos similares para favorecer la salida de reactivos sólidos. Utiliza embudos siempre que se viertan solventes o reactivos en pequeñas aberturas. Antes de verter un líquido en una buena bureta, asegúrate de
que el grifo esté bien cerrado y coloca siempre un recipiente debajo de éste por si se produce un derrame.

No cambies un producto químico de su envase original, ni dejes productos en envases sin identificar o en lugares inadecuados. Si realizas un trasvase, coloca las etiquetas correspondientes en todos los recipientes nuevos.

No comas, fumes ni bebas en el lugar de trabajo, los vapores tóxicos se pueden mezclar con la comida y la bebida. No bebas alcohol ya que ciertas sustancias potencian su acción (efecto antabus).

Lávate siempre las manos, antebrazos y cara antes de comer y repite esta operación después de cada exposición y cada vez que abandones el lugar de trabajo.

Sigue en todos los procedimientos de trabajo marcados por el centro; lavado de manos , quitarse la ropa de trabajo contaminada y lavarla antes de volverla a utilizar, el uso de equipos de protección individual homologados con marcado CE: guantes, gafas
o pantallas protectoras (frente a posibles salpicaduras), etc.

Debe disponerse también de los correspondientes equipos de actuación para el caso de que ocurra un accidente de este tipo (duchas de seguridad, fuentes lavaojos, etc. además de una lista de teléfonos de servicios del centro o del exterior a los que avisar en caso de urgencia).