El riesgo de sobreesfuerzos es muy común en el personal sanitario etc. (principalmente en el trabajo de auxiliares de clínica, celadores, personal de rehabilitación, ) ya que una gran parte de su trabajo se basa en posibilitar la movilización de personas con limitaciones físicas (trasladar, ayudar a caminar, realizar cambios de posición, mejorar el confort de pacientes, etc.)
Los factores que inciden en la aparición de lesiones músculo esqueléticas en este colectivo suelen ser factores individuales (posibles enfermedades, sedentarismo, hábitos de la vida, etc), factores físicos de la tarea (posturas forzadas, inclinaciones,
torsiones de espalda en realización de curas, reacciones imprevisibles por pérdida de equilibrio de
pacientes, transporte y manipulación de cajas, carros, etc.) o factores organizacionales (ritmo de trabajo acelerado, exceso de pacientes, medios insuficientes, movilización sin ayuda de terceras personas, etc.)
Los daños que pueden derivarse de la movilización de personas con limitaciones físicas suelen ser alteraciones musculo esqueléticas, como patologías dorso-lumbares,
lumbalgias. Ciática, hernia discal, etc. La probabilidad de que aparezca una lesión depende entre otras causas de la intensidad del esfuerzo, número de pacientes a movilizar, duración de la movilización, secuencias de una tarea a desempeñar,
adopción de posturas forzadas, etc.
En la movilización de personas con limitaciones físicas, se deben tener en cuenta tres fases:
Previamente a la movilización de un paciente, realiza una rápida inspección ocular del paciente y de los objetos que puedan entorpecer la movilización de éste, realizando al
mismo tiempo un recorrido imaginario.
Observa el grado de lesión del paciente teniendo en cuenta que el grado de participación del paciente será mayor o menor en función del tipo de incapacidad y que ello, junto con el peso del paciente condiciona el esfuerzo muscular que realices.
Después de valorar estos aspectos, eso que vas a realizar proporcionándole una orden única, clara y precisa, es importante saber motivar al enfermo para que colabora
al máximo.
Utiliza una vestimenta adecuada: ropa de trabajo holgada que permita fácilmente el movimiento y sin dobleces. El calzado debe ser cómodo, que no apriete, con suela de goma y antideslizante, se aconseja un tacón grueso con una altura de unos 5 cm aproximadamente. Se desaconseja el uso de zuecos abiertos ya que estos no sujetan la totalidad del pie.
Siempre que sea posible, lleva a cabo la movilización de personas mediante medios mecánicos, y solamente en caso de no ser posible, realizarlo manualmente, para ello:
Se recomienda mantener unos hábitos de vida saludables basados en la práctica de ejercicio físico de forma regular, el control de peso, una alimentación equilibrada y la realización de ejercicios de relajación para disminuir contracturas musculares.
Si has de manipular cargas pesadas, utiliza siempre que sea posible medios mecánicos (carritos, etc.) si ello no es posible: